La guerra de los mundos

Título original: The War of the Worlds

Autor: H.G. Wells

Año: 1898

País: Inglaterra

Sinopsis

En los últimos años del siglo XIX la Tierra sufre una terrible invasión extraterrestre por parte de los habitantes de Marte. En Inglaterra, caen los que posiblemente sean los primeros contenedores de los marcianos, y a partir de ese momento, las ciudades, y el mundo, comienzan a ser invadidas por estos seres de otro planeta, que poseen armas más poderosas y tecnología más avanzada.

Los temas

La historia nos puede parecer en principio algo sencilla, en donde se relata una invasión extraterrestre y las consecuencias terribles que ésta acarrea, sin embargo, más allá de esta historia de guerra, la novela nos plantea diversos discursos que no sólo retratan una época determinada, sino que cuestionan varios aspectos de la sociedad y de los propios seres humanos.

En primera instancia podemos encontrar fácilmente un discurso que podría considerarse «ambientalista», pues durante el relato, son constantes los comentarios y las analogías que se hacen con los animales y el trato que el ser humano les ha dado, ya que ahora, ante una invasión extraterrestre, el papel primordial que ha tenido el hombre parece llegar a su fin, y el ser humano podría pasar de ser la especie dominante a ser el dominado.

En ese momento sentí una emoción que es incomprensible, y que está más allá de la inteligencia de los hombres, pero que seguramente los pobres animales a los que sometemos conocen a la perfección. Me imaginé en la situación de un conejo que vuelve a su cueva y de repente tiene a decenas de intrusos construyendo los cimientos de una casa. Tuve la primera sospecha de algo que en ese momento no estaba del todo claro en mi mente y que me perturbó durante muchos días: me sentí remplazado, comprendí que había dejado de ser el amo, para convertirme en un animal más entre los animales subyugados por los marcianos. Tendríamos ahora que comportarnos igual que ellos: sobrevivir siempre en peligro, correr, vigilar y escondernos; el imperio del hombre ya no existía más.

La guerra de los mundos, Libro II, Capítulo 6.

Siguiendo un poco esta misma linea crítica, el autor toma las ideas del evolucionismo, y nos plantea una estructura en la que así como el hombre se ha establecido como supuestamente superior evolutivamente en relación al resto de los animales, ahora también los extraterrestres podrían ser superiores al propio ser humano. Esto parecería plantearnos la pregunta sobre hasta dónde llega el derecho de las especies a convertirse en dominantes unas sobre otras debido a la supuesta superioridad evolutiva. Ya que si esto es aceptado, entonces cualquier otra especie que pueda ser «más evolucionada» que el hombre, tendría también derecho a convertirse en dominante.


Pero todo esto no se queda en un aspecto meramente biológico o naturalista, sino que en realidad lo que nos está planteando es esta dinámica de dominación de unos hacia otros, pues como sabemos, la época que le tocó vivir a H.G. Wells estuvo marcada por las políticas expansionistas y de colonización por parte de los europeos a los pueblos conquistados, y de una sociedad muy cerrada, en la que se veía a los otros como algo completamente ajeno y extraño. Un ejemplo de esto lo vemos cuando menciona la manera en la que los ingleses veían a los franceses.

Al ver el mar, la señora Elphinstone se puso histérica. Jamás había viajado fuera de Inglaterra; prefería morirse antes que estar en una tierra extraña y sin amigos. Su excitada imaginación le hacía pensar que los franceses y marcianos debían ser muy parecidos.

La guerra de los mundos, Libro I, Capítulo 17.

Como podemos notar, la crítica no sólo iba en el mero sentido bioético en torno a la relación del ser humano con los animales, sino también en un aspecto político y social, de división, de temor al otro, y por ende, de posible odio, lo que llevaba a buscar la dominación de los pueblos, con una premisa de supuesta superioridad cultural o incluso «racial».

Los personajes

Dentro de la novela también existen algunos personajes que parecen estar representando puntos de vista distintos de la sociedad, pues no es casualidad que tres de los personajes que mayor peso tienen en la historia, sean radicalmente distintos entre ellos, como lo puede ser el protagonista, que es un hombre de ciencia, el artillero, y el cura. Estos tres personajes me parece que juegan un papel muy importante como tres visiones distintas dentro de una misma situación.

El cura por ejemplo, desde el inicio se muestra como alguien que mira la invasión como una especie de castigo divino hacia los hombres, por todo el mal que han hecho, y tiene la impresión de que no hay nada que hacer, como si de un destino inevitable se tratara, ésto hace que rápidamente entre en desesperación y prácticamente no sea capaz de reaccionar para buscar sobrevivir.

—Este es el principio del fin—dijo interrumpiéndome—.¡El día terrible del Señor! ¡El fin! Los hombres pedirán a las montañas y a las rocas que los oculten para no ver el rostro de Él, que estará sentado sobre su trono.

La guerra de los mundos, Libro I, Capítulo 13.

Por otro lado tenemos al artillero, que la primera vez que aparece se muestra muy ocupado en volver al combate, convencido que aún se puede pelear contra la invasión. Sin embargo para su segunda aparición, toda esa certidumbre por combatir se ha perdido tras las derrotas que sufrió, y entonces su fuerza ahora la concentra en la supervivencia, y en llevar acabo sus planes de resistencia que en realidad son casi imposibles de realizar.

—Los que se unan a nosotros tendrán que seguir órdenes. Tendremos también mujeres fuertes y sanas; madres y educadoras. No permitiremos la existencia de señoritas delicadas y tontas. No queremos débiles y estúpidos. Los inútiles y débiles deben desaparecer; la vida volverá a ser vida verdadera. Deberían también estar preparados para morir. Después de todo sería una traición seguir viviendo para corromper la raza. Además, no podrían ser felices.

La guerra de los mundos, Libro II, Capítulo 7.

Cabe señalar aquí lo increíblemente parecido que sería este tipo de discursos casi distópicos, con los discursos de los fanatismos nacionalistas y totalitaristas que llevaron a tantos conflictos en el s.XX que se avecinaba.

Pero volviendo a los personajes, aunque ambos son completamente diferentes y también piensan de manera muy distinta, tienen en común que su forma de actuar los ha llevado al borde de la locura, pues por una parte el cura, al ver la invasión como un castigo inevitable, su reacción es completamente pasiva aceptando su destino, mientras que el artillero reacciona activamente con planes de supervivencia y contraataque, pero de igual manera aceptando la derrota y proyectando soluciones descabelladas que rayan en lo absurdo.

De esta manera vemos que tanto el cura como el artillero son dos puntos casi opuestos que sin embargo convergen en la catástrofe y la locura, siendo así el protagonista, con un pensamiento más científico, el único que parece mostrar mayor sensatez y mantener la cordura, a pesar del momento de crisis por el que se está atravesando. Hay que recordar que H.G. Wells además de ser escritor también fue biólogo, y parecía estar firmemente convencido de que el conocimiento científico era la única forma de ayudar al progreso de la humanidad, para así dejar atrás el fanatismo tanto religioso como político. Es así que el personaje principal, podemos decir que actúa como ese conocimiento científico personificado para ser la vía más razonable y coherente de salir adelante.

Conclusión

A mi entender La guerra de los mundos es una fuerte crítica social que, aunque inicialmente parece abordar un ámbito naturalista o bioético, cruza esa linea para también tocar cuestiones de orden social y político, y donde se propone a la ciencia prácticamente como el medio ideal para dejar atrás los prejuicios y las ideologías que parecen llevar a la catástrofe a la humanidad. No es extraño que cuando las armas y las plegarías dejan de ser efectivas, lo que nos salva no es el conflicto, sino el darnos cuenta de que tal vez lo único que nos diferencia de los otros es la tecnología, pues en lo demás somos iguales, incluso en la vulnerabilidad de nuestra constitución biológica.

-Aeternitatis-

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